Un agujero de un milímetro en la sonda rusa Soyuz acoplada al módulo principal provocó una pérdida de presión que disparó las alertas en tierra. Tras 15 horas de búsqueda, los astronautas hallaron la fuga y efectuaron la primera fase de su parcheado en otras dos horas y media. "Ayer volvió a quedar demostrado lo valioso que es nuestro entrenamiento para emergencias. Pudimos localizar y detener una pequeña fuga en nuestra Soyuz, gracias a una gran cooperación entre la tripulación y los centros de control de varios continentes". Así resumió Alexander Gerst, el comandante de los seis astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional, las 17 horas y media que pasaron desde que se detectó una fuga de oxígeno y pérdida de presión en la Estación Espacial Internacional (EEI) hasta que la tripulación logró encontrarla y repararla. M El agujero, que la NASA calificó de "diminuto", fue causado por un pequeño asteroide que impactó contra la Estación. Los controladores de la EEI en Houston (EE.UU.) y Moscú detectaron la fuga durante la noche, pero decidieron que, dado que no se trataba de un problema mayor, esperarían a hoy a avisar a los astronautas para iniciar la reparación. M La tripulación no se encontró en peligro en ningún momento, dado que la EEI cuenta con reservas de oxígeno para varias semanas, han explicado la Agencia Espacial Rusa, Roscosmos. Sin embargo, el pequeño tamaño de la fuga provocó que los astronautas tuvieran que pasar 15 horas buscándola. "¡Menudo susto! Me imagino el día que habrán pasado buscando el agujerito por dónde se escapaba el aire de la estación y tapándolo de forma segura", ha expresado el ministro de Ciencia español Pedro Duque, que participó en dos misiones espaciales. NASA Compte verificat @NASA Seguint Seguint @NASA Més Cabin pressure on @Space_Station is holding steady after the crew conducted repair work on one of two Russian Soyuz spacecraft attached to the complex. The repair was made to address a leak that had caused a minor reduction of pressure. Details: https://go.nasa.gov/2LHufYf Fuentes de la industria espacial rusa citada por la agencia oficial RIA Nóvosti indicaron que no se planea ni la evacuación de los tripulantes de la EEI ni en el envío de una Soyuz de reemplazo, ya que el escape no se produjo en el casco del módulo de descenso de la nave. M Los cosmonautas rusos Oleg Artémiev y Serguéi Prokópiev repararon la fuga en unas dos horas y media, tras lo que verificaron en dos ocasiones, con un intervalo de varias horas, la hermeticidad del casco de la Soyuz. M "El kit de reparaciones que hay en la estación consta de varios elementos, pero el principal es la resina epoxi, la misma que se vende en los comercios. Se pone un parche, se cubre este con resina y se pone fin al escape", dijo el cosmonauta ruso Maxim Suráyev, que ha cumplido dos misiones en la EEI, al canal de televisión Rossía 24. El director ejecutivo de Roscosmos, el excosmonauta Serguéi Krikaliov, aseguró este viernes que en la EEI "todo va bien". "La tecnología para sellar los agujeros consta de varias etapas, y la más importante se hizo ayer, cuando se puso el parche", dijo Krilaliov, quien subrayó que las comprobaciones muestran que ya no hay escape. M En todo caso, añadió, "como es habitual, se estudia cómo poner una segunda capa encima del parche normal como mayor garantía". Además de Artémiev, Prokópiev y Gerst, a bordo de la EEI se encuentran los estadounidenses Drew Feustel, Ricky Arnold y Serena Auñón-Chancellor. M La EEI, un proyecto de más de 150.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, actualmente está integrada por 14 módulos permanentes y órbita a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra.
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El meollo de la cuestión es que la Tiangong 1 es la estación espacial más pequeña jamás lanzada. Su masa actual apenas ronda las 7,5 toneladas. Hasta la fecha el objeto más grande y pesado que ha reentrado en la atmósfera terrestre ha sido la estación rusa Mir, de casi 130 toneladas. La Mir desapareció en 2001, pero, a diferencia de la Tiangong 1, efectuó una reentrada controlada (lo que no evitó que los medios también se volvieran histéricos en aquella ocasión). Recordemos que «controlada» significa en este contexto que los encargados del vehículo pueden elegir aproximadamente la zona de caída —normalmente el Pacífico sur— pero los efectos sobre la nave son exactamente los mismos que en el caso de una reentrada incontrolada. En las reentradas incontroladas es imposible predecir dónde va a caer la nave. El rozamiento atmosférico que provoca que un satélite caiga a la Tierra depende de la actividad solar y la forma y actitud (o sea, orientación) del vehículo. Por eso hasta apenas unos días antes no se puede saber en qué día caerá un satélite a la Tierra, que en todo caso estará limitada a las latitudes más extremas que impone su inclinación orbital (la Tiangong 1 no caerá por encima de 43º norte o por debajo de 43º sur). E incluso en ese caso solo podemos conocer el lugar exacto unas horas antes, ya que los satélites en órbita baja se mueven a una velocidad de cerca de 8 km/s. Lo ideal hubiera sido que las autoridades chinas hubieran efectuado una reentrada controlada de la Tiangong 1 cuando todavía mantenían el control sobre el sistema de propulsión de la nave, pero no ha sido así. Tras recibir la visita de dos misiones tripuladas los técnicos querían investigar los límites de la vida útil de los componentes de la estación de cara a futuros proyectos. Está claro que no fue una decisión demasiado acertada. En cualquier caso, ¿qué otros objetos de gran tamaño han efectuado una reentrada incontrolada? El más famoso y grande es la estación espacial estadounidense Skylab, que el 11 de julio de 1979 efectuó una reentrada incontrolada. Sus casi 76 toneladas hacen que la Tiangong 1 sea casi un juguete a su lado y en su momento desató «la madre de las histerias por caída de satélites». El siguiente es la estación espacial soviética Salyut 7, que reentró el 7 de febrero de 1991 acoplada al módulo TKS Kosmos 1686 con una masa conjunta de cerca de 40 toneladas. Si quieres ver la lista completa de objetos más masivos que han reentrado de forma incontrolada Jonathan McDowell ha creado una lista muy detallada y útil. En esta lista llama la atención las tres etapas centrales de los cohetes R-7 Semyorka que pusieron en órbita los tres primeros Sputnik, con una masa de cerca de 8 toneladas (sí, lo que la mayor parte de gente vio en el cielo era la etapa Blok A, no los Sputnik, que eran mucho más pequeños; con la salvedad del Sputnik 2 en el que viajaba Laika, que iba unido a la etapa). También destaca la sonda marciana Mars 96, de cerca de 7 toneladas, que debido a un fallo del cohete Protón aterrizó sobre Bolivia en vez de en Marte. Como vemos, hay cerca de cincuenta objetos más masivos que la Tiangong 1, muchos de ellos etapas superiores de cohetes. La lista no incluye etapas de cohetes ligeramente menos masivas que la Tiangong, de las cuales hay una o varias reentradas prácticamente cada año. Si quieres saber más sobre la reentrada de la Tiangong 1 te recomiendo este artículo de Itzalpean, a quien por cierto debes seguir en Twitter si quieres estar al tanto de la última hora de este asunto. Todo indica que el 1 de abril será el día elegido para que la Tiangong 1 efectúe su regreso espectacular. Estadísticamente lo más lógico es que sus restos caigan sobre el agua, pero hay una probabilidad no nula de que caiga por el norte o el sur de la península ibérica. Se calcula que entre el 10% y el 40% de los componentes de un satélites sobrevive a la reentrada, así si tienes mala suerte y un pedazo de la Tiangong 1 cae en tu jardín recuerda que no es muy aconsejable acercarte para coger los trozos. Los tanques de hidrazina y tetróxido de nitrógeno, dos sustancias tremendamente peligrosas, tienden a sobrevivir las reentradas y, aunque la mayor parte de los propergoles se habrán vaporizado cuando lleguen al suelo, siempre pueden quedar algunos restos.
Recuerda que la probabilidad de que un trozo de la Tiangong 1 te caiga en la cabeza es de uno entre un billón, aproximadamente. Y si hablamos de la probabilidad de que un pedazo de cualquier satélite te alcance a lo largo de un año esta se acerca a uno entre cien mil millones. Desde que comenzó la era espacial solo se conoce el caso de una persona que haya resultado herida por la caída de un trozo de satélite (Lottie Williams, de Oklahoma, que fue alcanzada en el hombro por un pequeño fragmento de un cohete Delta II). Esperemos que la cosa siga igual. |
Jaume Satorra
El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla. (Mahatma Gandhi)
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Abril 2019
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